jueves, 18 de marzo de 2010

El Lider

El líder que aspira a ser efectivo en público, debe cultivar las cualidades que necesita para ministrar eficazmente cuando está a solas. Lo que somos en público solamente impactará la vida de las personas que nos observan cuando esté respaldado por una vida secreta de devoción y compromiso lejos de la mirada de las multitudes.

Es por esta razón que muchos líderes no logran más que hacer pasar un buen momento al pueblo de Dios. Su forma de ministrar puede ser muy llamativa, pero carece de impacto porque su vida no posee ese grado de santidad y compromiso que solamente se puede cultivar fuera del ámbito público.

Por eso debemos pensar lo siguiente:
¿Como es su vida cuando está a solas y nadie lo está mirando? ¿Hace la mismas cosas que hace cuando otros le están observando? El verdadero usted no es el que ven los demás, sino lo que usted es en su vida secreta. ¿Qué pasos puede tomar para cerrar la brecha entre lo que es en público y lo que es en privado?

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