miércoles, 17 de marzo de 2010

El Buen Labrador

Erase una vez un labrador que tenía un huerto muy provechoso y frondoso, allí se daban todas clases de frutas y hortalizas de muy buena calidad, lo increíble es que cada cosecha era excepcional durante todo el año una y otra de altísima categoría, era de esas cosechas que comía su familia y muchas veces hasta se beneficiaban algunas personas del pueblo. Un día el labrador despertó su instinto de avaricia y como ser humano erró en usar algunos abonos sintéticos para obtener más frutas y hortalizas de su huerto en menos tiempo, lo cual fue así nacían mas y mas frutas y mas y mas hortalizas pero aquellas hortalizas y frutas obtenidas de esa cosecha eran de baja categoría tanto así que enfermo a su esposa e hijos por el uso de productos químicos y el labrador noto su gran error de lo que había hecho y se arrepintió. No paso mucho tiempo que en el pueblo comenzó el rumor de lo que el labrador había experimentado y de los daños causados a su propia familia por su avaricia, y un grupo de pueblerinos comenzaron a murmurar, juzgar y hasta trataron de imponer reglas en contra del error cometido por la persona que un día les ayudo otorgándole frutas de su cosecha, por otra parte otro grupo de personas dándose cuenta del error cometido no juzgo, ni señalo, sino mas bien fueron a casa del labrador y tomando las herramientas de la granja araron toda la tierra, removieron todas y cada una de las plantas que se habían obtenido en esa mala cosecha y prepararon el suelo para comenzar nuevamente a sembrar, en ese mismo grupo hubieron otras personas que se dedicaron al cuidado de la esposa e hijos del labrador logrando curarlas por completo y ayudando día a día a el labrador a recuperar su huerto provechoso y frondoso como lo fue un día, fue así una mañana que el labrador pregunto a este grupo de personas porque lo habían ayudado si él había cometido un error tan grave causando daños por su avaricia, cuando un hombre del grupo de personas respondió: “Sabes, no somos quien para juzgar los errores de otros porque también somos humanos, en vez de juzgar por qué no más bien ayudar a emendar esos daños, porque sabemos tu procedencia y tus aptitudes así como también sabemos lo que has hecho antes de cometer ese error y lo que pretendes hacer para enmendarlo, ¿para que añadir más leña al fuego?, ¿para qué aprovecharnos del árbol caído?, lo que se debe hacer es lo que hemos logrado y tu has demostrado arrepentimiento de tus actos, fue por eso que te ayudamos”, el labrador dio un gran abrazo de agradecimiento a cada persona que lo ayudo a levantar nuevamente su huerto, pero a pesar de que existían otras personas que aun seguían juzgando al labrador por sus acciones cometidas este les llevo frutas de su nueva cosecha y se las regalo, los pueblerinos criticones se quedaron sorprendidos de la acción hasta que uno de ellos le pregunto: “¿Por qué sigues regalándonos cosas de tu huerto si somos quienes pretendemos juzgarte por tus acciones?”, El labrador con una gran sonrisa respondió: “Saben el verdadero Juez me ha Juzgado y en vista de mi arrepentimiento he sido perdonado, solo ese juez sabe lo mal que hice y lo bien que me he arrepentido y él y solo él sabrá que hare de aquí en adelante, mientras tanto ustedes que han sido jueces de mi acción ¿Qué han obtenido a cambio de sus conclusiones?, acaso ¿Ustedes no han errado en su vida?, quizás aun no han sido juzgados y no seré yo quien lo haga, por ello seguiré igual como todo los años, como toda la vida que he estado en este pueblo, sembrando, cosechando, dándole de comer a mi familia y de la buena cosecha a ustedes también”, una vez que el labrador culminó de hablar otro hombre del grupo de acusadores le grito: “ AH ¿pero quién es ese juez acaso es alguno de nosotros que nos traiciono perdonándote?”, donde el labrador respondió “Ese juez es más grande que todos ustedes y que todo ser sobre esta tierra, por lo que no somos dignos que este entre nosotros pero si somos dichosos que este en cada uno nosotros, porque él vive a través de cada ser humano y ese juez es: “DIOS” y sé que me ha perdonado”, el pueblo fue invadido por un absoluto silencio, entonces el labrador una vez mas sonrió y tomo su camino a casa.
Amigo lector espero te haya gustado el escrito solo queda hacerte tu mismo una pregunta ¿en qué lado de las personas del pueblo estarías?, ¿los jueces?, ¿los que ayudaron al labrador?

JRF

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