lunes, 16 de julio de 2012

Dios honra a los que le honran

Dios honra a los que le honran

1 Samuel 2: 30 : “Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”.  

Honrar es:

1. Respetar a alguien.
2. Enaltecer o premiar su mérito.
3. Dar honor o celebridad.
4. Como fórmula de cortesía para enaltecer la asistencia, adhesión, etc., de otra u otras personas.
5. Dicho de una persona: Tener a honra ser o hacer algo.

Wow! Que privilegio! Dios ha dicho en su Palabra “… yo honraré a los que me honran”. El siendo Dios, el Grande, el Excelso, el Todopoderoso, nos va a respetar, nos va a enaltecer, nos va a premiar, nos va dar celebridad, va sentirse honrado de hacer algo por nosotros. Sí!. Lo hará porque El es fiel a su Palabra…
Cuando el espíritu me regalo esta porción de la Biblia me llamó mucho la atención, porque da la impresión de que Dios se arrepintió de algo que había dicho inicialmente, El está revirtiendo una promesa de bendición hecha para los ancestros y descendencia de Elí!. Elí proviene de la descendencia de Arón hermano de Moisés, Dios le prometió a Arón descendencia de sacerdotes, antes había dicho que la casa de Elí y la casa de su padre andarían delante de El perpetuamente, más ahora ya no será así, porque El va honrar a los que le honran…, Pero, porqué Dios cambió de pensar?. Como repuesta a mi pregunta, el Espíritu Santo me trajo a memoria el siguiente versículo:
Proverbios 22:4 “Riquezas, honra y vida, Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová”.
Inmediatamente subraye en mi mente la palabra honra y busqué su significado en el diccionario de la real academia española, y encontré lo que en un principio describí.
Hoy en la actualidad uno de los desafíos mas grandes que tenemos los creyentes en nuestro diario caminar es el de hacer lo correcto ante los ojos de Dios. Vivimos en un mundo corrompido que nos presiona, nos arrincona y muchas veces nos forza a ir en contra de la bendita voluntad de Dios. Sin embargo; lo que no entendemos muchas veces o se nos olvida  es que cada vez que nosotros decidimos deshonrar a Dios, la bendición de Dios se aparta de nosotros.
Muchas veces creemos que lo nuestro es suficiente para vivir una vida en santidad, nos basamos en nuestros conocimientos, nos apresuramos a dar juicios y sobre todo creemos que mientras mas años posea en los caminos de Dios más jerarquía tendré en el Reino de los Cielos, esto nos lleva muchas veces desechar la comunión con Dios y convertirnos en profesionales de religión.
Como pudimos leer al principio, Dios había prometido a Elí y su casa, y entonces que pasó? Pues a la verdad, El sigue siendo fiel a Su Palabra y por ello es que debe cumplirse lo que dice Proverbios 22:4. La honra, es una remuneración de la humildad y del temor de Jehová, lo cual estaba faltando en la casa de Elí!.
Las bendiciones de Dios se habían ido perdiendo poco a poco en el pueblo de Israel, de hecho ya Dios no le daba visiones a los profetas.
Analizando un poco el comportamiento de Elí y sus hijos, encontramos en las Sagradas Escrituras (1er. Libro de Samuel) que ellos estaban faltos de humildad y de temor de Jehová:
1. Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. Ellos aunque eran sacerdotes, no respetaban lo sagrado. Los hijos de Elí eran sacerdotes de día y por la noche pecaban con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Su vida sacerdotal era simplemente una profesión para ellos, pero no tenían temor a Jehová.
2. Los hijos de Elí profanaban las ofrendas a Jehová. Ellos se aprovechaban del cargo que tenían y obtenían la mejor parte de la ofrenda, incluso antes que fuera sacrificada a Jehová, aún por la fuerza si era necesario.
3. Elí consentía el pecado de sus hijos.  Las Sagradas Escrituras indican que incluso Elí honró más a sus hijos que a Dios, engordándolos de lo principal de todas las ofrendas del pueblo de Israel. Además Elí no reprendió a sus hijos con rigor, aun sabiendo que sus hijos estaban profanando y pecando con las mujeres en el tabernáculo, trayendo iniquidad a su casa.
Elí habló con sus hijos acerca de las malas acciones que estaban cometiendo, pero no con la necesaria energía para impedir que deshonraran al Señor. La responsabilidad de mantener al pueblo de Dios ante Él residía en la casa sacerdotal. De ahí lo enorme del pecado de los jóvenes, y la gran responsabilidad de Elí por su negligencia. Un hombre de Dios fue a Elí, y le dijo claramente que estaba honrando a sus hijos antes que a Dios, detallándole algunos de los juicios que iban a abatirse sobre su casa, y que sus dos hijos morirían en un mismo día.
Como Elí permitió que sus hijos siguieran en sus pecados, Dios le envió un mensaje por medio de Samuel, recordándole los juicios de los que le había advertido el hombre de Dios, y repitiendo que era debido a que «sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado». Elí se sometió piadosamente a Dios, diciendo: «Jehová es; haga lo que bien le pareciere.» Pero siguió sin corregir el mal, para lo cual ya posiblemente fuera impotente. Éste fue el gran fracaso de Elí.
Por todo esto, Dios después que había dicho que andarían delante de El perpetuamente, ahora los tendría por poco y los reduciría a humillación, muerte e incluso a ser una generación que mendigara para sobrevivir.
Proverbios 13:11-12
11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección;
12 Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere. 
Contrario al comportamiento de Elí y su casa, también en el 1er. Libro de Samuel, encontramos a Ana y a su hijo Samuel que honraron a Jehová y a su vez ellos también recibieron honra.
Honra de Ana:
Ana Madre de Samuel esposa de Elcana el cual poseía otra esposa también llamada Penina. 
- Ana honró a Dios con su primera oración, cuando con humildad en su corazón le pidió le concediera tener un hijo, por el cual hizo un voto.
- Ana honró a Dios con su oración de adoración y alabanza, cuando ella llegó a entregar a su hijo al sacerdote. En ese momento ella entregó lo más grande e importante que tenía. No debió ser fácil entregar el hijo por el cual tanto había llorado!!!!, sin embargo, ella cumplió su voto. En 1ra. Samuel 2: 1-10 encontramos el cántico de Ana, donde reconoce y exalta el poder y la grandiosidad de Dios, en contraste con la debilidad humana.
Por la oración de Ana y por haber cumplido su voto, Jehová la tuvo en gran estima y la recompensó dándole honra: Después de que no podía tener hijos y que por ello recibía humillación, Dios le dio la oportunidad de concebir tres hijos y dos hijas; además la honró al ser la madre del profeta que ungió al rey David, de quien descendió nuestro Señor Jesucristo.
Honra de Samuel:
- Samuel honró a Dios con la obediencia a sus padres. El joven Samuel fue obediente y respetó la decisión de su madre, que lo consagró a Jehová, (apartó para propósitos divinos) desde antes que naciera. Samuel pudo haber hecho lo mismo que hicieron los hijos de Elí que desobedecieron a su padre y no oyeron su voz, sin embargo dice la palabra él ministraba a Jehová en presencia de Elí.
- Samuel honró a Dios con su entrega. Este joven ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino, el cual simbolizaba su oficio sagrado, todo lo contrario de los hijos de Elí que siendo sacerdotes llevaban una vida de impíos ante los ojos de Jehová.
- Samuel honró a Dios cuando escuchó Su voz y aceptó el llamado a Su propósito (al de Jehová) y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.
Por la obediencia y entrega de Samuel, recibió la honra de Dios, ya que las Sagradas Escrituras dice que lo hizo profeta, acepto delante de El y delante de los hombres, cuando en aquellos días la palabra de Jehová escaseaba y no había visión con frecuencia, además lo honró con Su presencia (por causa de Samuel Jehová volvió a aparecer en Silo), y todo Israel lo reconoció como fiel profeta de Jehová.
De Ana y Samuel hemos aprendido que Dios sabe honrar a los que les honran, mucho más allá de lo que nos podemos imaginar.
Escrito está:
Isaías 55:8-9
58 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
59 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.  
Si hay un problema en tu vida y crees que no tiene solución, acércate a Dios en oración como lo hizo Ana. Esta mujer tenía un gran problema que a los ojos humanos no tenía solución, ella no había podido tener hijos y oró por uno, sin embargó Dios le dio la oportunidad de ser madre de varios.
“Ese problema que hoy te está molestando, es la oportunidad que debes aprovechar para honrar a Dios y a su vez serás honrado por El”.
Ora como Ana y Obedece como Samuel, pero no lo hagas por tu necesidad sino hazlo para que se cumpla el propósito de Dios en tu vida.
Si haz hecho votos a Dios, cúmplelos como lo hizo Ana y si tienes el llamado de Dios, que tu entrega sea sincera como fue la de Samuel.
Honra a Dios y El te honrará…

JRFV

No hay comentarios:

Publicar un comentario